Si tienes caída de cabello y uñas quebradizas debes leer esto!

Detectar problemas en las uñas puede indicar la presencia de diversas afecciones. Una uña frágil o quebradiza puede ser un signo de problemas subyacentes, como el proceso natural de envejecimiento, el cual, si no se controla, puede afectar negativamente la salud de las uñas. Además, las uñas también pueden ser afectadas por condiciones como hongos, infecciones bacterianas o cambios en su color, señalando posibles problemas hepáticos o cardíacos, especialmente en el caso de alteraciones de color.

La falta de ciertos micronutrientes también puede influir en la salud de las uñas, afectando su resistencia. La sequedad y deshidratación de la piel son factores adicionales que impactan directamente en la salud de las uñas, por lo que es esencial mantener una dieta equilibrada y estar bien hidratados.

En el caso del cabello, las causas de los problemas capilares pueden ser diversas:


El estrés, resultado del drástico cambio desde el relax de las vacaciones hasta el retorno a la rutina con jornadas interminables y múltiples obligaciones, tiende a provocar un grado significativo de tensión. Este estado de estrés tiene una influencia directa en la salud capilar, ya que situaciones de ansiedad pueden desencadenar una mayor caída del cabello, fenómeno comúnmente conocido como alopecia nerviosa.

El impacto del estrés en la salud capilar se manifiesta como un fenómeno conocido como alopecia nerviosa. La transición abrupta de un periodo relajado de vacaciones a la reincorporación a la rutina diaria puede generar tensiones significativas. El estrés, como respuesta fisiológica y psicológica a estas situaciones, se convierte en un factor desencadenante de la pérdida de cabello.

La alopecia nerviosa se caracteriza por una caída del cabello más pronunciada durante momentos de ansiedad y estrés. Este proceso está vinculado a cambios en el ciclo de crecimiento del cabello, que pueden llevar a una mayor fragilidad y, en última instancia, a una pérdida temporal o prolongada del cabello.

La comprensión de esta relación entre el estrés y la salud capilar destaca la importancia de abordar no solo los aspectos estéticos, sino también las implicaciones emocionales y de bienestar asociadas. La adopción de estrategias para gestionar el estrés, como prácticas de relajación, ejercicio regular y un enfoque equilibrado hacia las obligaciones diarias, puede desempeñar un papel crucial en el mantenimiento de la salud del cabello y en la prevención de la alopecia nerviosa.

Agresiones al cabello. El exceso de calor que aplicamos al secarlo o plancharlo, los continuos tintes y decoloraciones, las coletas demasiado tiempo y demasiado tirantes, cepillarlo con peines o cepillos inapropiados…, son algunos de los gestos diarios que lo dañan. Pueden hacer que tengamos un cabello más frágil o que se rompa con mayor facilidad. El uso continuado de champús abrasivos también influye en este proceso.

Exposición al sol. Demasiado sol, algo que suele ocurrir en verano, también hace nuestro cabello más frágil y expuesto a la caída.

¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Si detectamos tener cabello y uñas frágiles, podemos estar ante un problema relacionado con la nutrición. En primer lugar, tenemos que observar que ingerimos una cantidad suficiente de vitaminas; en segundo, no podemos olvidar hidratarnos.

La sequedad de la piel lo es también de cabello y uñas, y debemos tomar precauciones (aquí te damos unas cuantas pistas).

En cuanto a la alimentación, debemos atender a dos grupos de nutrientes: vitaminas y minerales, fundamentalmente. Vitaminas y minerales contra un cabello y uñas frágiles Vitaminas del grupo B. La biotina (conocida también como vitamina B7 o B8) es conocida como «la vitamina del pelo».

La vamos a encontrar, fundamentalmente, en ciertos frutos secos, algo de lo que huimos cuando estamos a dieta. También podemos encontrar la biotina aislada en suplementos nutricosméticos, como el de 180 the concept, del que hablaré más adelante. La vitamina B12 o cobalamina nos ayuda a mantener un cabello y uñas con un aspecto impecable y la encontramos en pescado, marisco, huevos y algunas carnes rojas (por lo que una dieta vegetariana necesitará de aportes vitamínicos de este tipo fuera de su dieta).

Por último, la vitamina B3 o niacina estimula el crecimiento de cabello y uñas. Semillas, legumbres, vegetales de hoja verde y zanahorias son algunos de los alimentos que nos aportan niacina. Vitamina C. La vitamina C, presente sobre todo en los cítricos y frutos rojos, previene el envejecimiento prematuro y la sequedad y evita su caída. Brócoli, coliflor, espinaca y apio son muy ricos en esta vitamina. Vitaminas A y D. La falta de vitamina A, encargada de estimular la producción de sebo, reseca el cabello.

Es, por tanto, esencial incorporarla a nuestra dieta. Zanahoria, mango, yema de huevo y leche son ricos en esta vitamina liposoluble. También lo es la D, entre cuyos beneficios se encuentra la mejoría de la salud capilar y de las uñas, y que encontramos en pescado, huevos, lácteos, hígado…

De nuevo, una alimentación sin proteína animal tendrá, muy probablemente, un déficit de esta vitamina. Vitamina E. Encargada de crear nuevos vasos sanguíneos y, en consecuencia, de mejorar la circulación, es fundamental para mantener un cabello y uñas sanos. La encontramos en semillas de girasol, algunos frutos secos, aceites vegetales, brócoli, espinacas, aguacates… Zinc, cobre, etcétera. Ajo, germen de trigo o garbanzos son alimentos ricos en zinc, cuyos síntomas pueden ser uñas con puntos blancos y cabellos frágiles. El cobre lo encontramos en frutos secos, carnes rojas, mariscos, cacao o soja, entre otros. Su déficit puede influir en la falta de pigmentación del cabello, entre otras cosas.

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