Toda su adolescencia ocultó su cuerpo bajo ropa holgada. Pero a los 22 años decide mostrar la verdad.

Un cuerpo definido, delgado, esbelto y con rasgos finos son algunas de las características que podemos encontrar como “resaltantes” o “primordiales” para una persona “bonita”. Pero, estos parámetros son excluyentes y muy limitados, por lo que la gran mayoría queda por fuera de ellos.

La discriminación por causa del aspecto físico se puede notar en mayor parte en el caso de mujeres, puesto que son las que están más expuestas al ojo crítico de la gente, por ello consideramos más importante que una mujer debe lucir bien, en lugar ver de igual forma la cuerpo masculino.

El pensar que somos feos por no poseer una figura delgada y espigada, por no tener los ojos y el cabello del color que sale en las revistas, o el no encajar con una apariencia prediseñada por las marcas, no es otra cosa más que un error garrafal.

Esperar la aceptación de un pequeño grupo de personas que, en la mayoría de los casos ni siquiera está dentro de esos patrones de belleza que imponen, es algo totalmente absurdo. La aceptación más importante y la única que debes buscar es la tuya propia.

La historia de una chica y su belleza:

El poseer un cuerpo esbelto y de revista no es algo que pueda mantenerse por mucho tiempo. Incluso las modelos tienden a quejarse de todas las cosas que tienen que sacrificar para poder conseguir los empleos que desean a partir del buen uso de sus cuerpos.

Estas modelos, sin lugar a dudas, son hermosas. Sin embargo, para llegar a eso han tenido que sacrificar muchas cosas y no paran de colocarle límites y preocupaciones a sus vidas, dejando de disfrutar de ella en el proceso. Todo esto sin contar el daño que les hacen a otras mujeres que creen que sólo existe un tipo de belleza al verlas.

No podemos pensar que existe solo un tipo de belleza y que si no encajas en él entonces no eres bella. Cada rasgo de nuestro cuerpo es diferente al de las demás personas que habitan en este planeta, por lo que es absurdo suponer que sólo un pequeño grupo de personas son hermosas, por el mero hecho de encajar en unos patrones de belleza impuestos por ellos mismos.

Una mujer estaba avergonzada de su cuerpo porque no encajaba en los patrones, pero un día decidió no sentirse más así. Ella, desde su nacimiento, padece de una enfermedad llamada “síndrome de Ehlers-Danlos”, la cual ocasiona que el cuerpo no libere las cantidades necesarias de colágeno, por lo que la piel tiende a ser flácida y llena de arrugas.

Ella se sentía cohibida de mostrarse ante los otros por esto hasta que un día decidió dejar de ocultarse detrás de ropas anchas.

Mediante fotos, ella expresó lo siguiente:

“Mis imperfecciones me hacen ser quien soy. Nadie más tiene las mismas líneas que yo. Cada marca cuenta una historia y me hacen quien soy hoy. Muestran la dificultad que he tenido que vivir y superar. Las mostraré y usaré con orgullo. Mis aspiraciones principales para mi vida serían romper con los estándares de la sociedad y la mentalidad que se tiene con respecto a la perfección, y mostrar de verdad que es la imperfección y tu naturaleza única lo que es la belleza real, y eso es lo que necesita ser celebrado”

Sin duda alguna, esta mujer es un ejemplo a seguir para muchas.

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